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Mostrando las entradas etiquetadas como Opinión

Conozco a una mujer por la que no callar

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Conozco a una mujer que no está bañada en agua bendita, no es un angelito caído del cielo. Ni una diosa, ni un sueño. Es real, luchadora, fuerte… imperfecta para muchos. Quizá no sea la luz dentro de laberinto. Tal vez solo tenga el desdichado poder de estar siempre ahí, donde se necesita. Pendiente y sonriendo, resistente y de mirada eterna.   Valoramos tan poco las cosas importantes de verdad. Posiblemente no exista una razón lógica para venerarla. Porque tal vez no exista la necesidad propia, de hacer tal cosa. Aunque lo hacemos... Porque quizás, tan solo quizás, el amor romántico solo sea una imaginación de muchas cabezas soñadoras en tiempos difíciles. ¿Quien se atreve a buscar la persona perfecta? ¿quien se atreve a exigir algo inalcanzable? Si todo el mundo acumula imperfecciones y colecciona equivocaciones. Y ese error tan miserable de considerar la posesión personal sobre otra vida ajena... Conozco una mujer que está lejos de tu miedo, cobarde. Conozco una mujer

El anhelo del viento

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De los cuatro elementos que forman la base de la naturaleza, el viento es el más irregular. Con carencias en la constancia y disciplina. Probablemente no es el más rápido, seguro no sea el más lento, pero rara vez lo verás quieto. Quizá su peor defecto, lo veas a la hora de tomar iniciativas o decantarse por algo, o tomar una decisión. A la hora de perseguir algo con ahínco, muy probable se canse, lo abandone y se vea envuelto en otra persecución que muy probable tampoco finalizará. Pero sin embargo por mucho que traten de cazarlo, el viento es de los cuatro elementos, el único que nunca podrá ser capturado. El viento no puede ser domesticado ni controlado. Ni se puede detener. Capaz de insuflar vida o muerte al poderoso fuego. Capaz de ejercer olas a la tranquilas agua y tempestades a la tierra. Además durante toda la historia, el encargo y señor de la comunicación. En el juego de los elementos no pasará desapercibido.

Tejido de pensamientos

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Volver la mirada atrás y lo que fue ya no existe. Ni siquiera tienes la certeza de lo que recuerdas fue real. Ni mejor, ni peor, “real”. O al menos el completo de lo sucedido. Porque tu idea de lo que fue, son pensamientos reiterados de una selección de recuerdos, que tu mente ha decidido empaquetar o desechar. La mente es maravillosa, pero cuidado también puede ser maravillosa mente traicionera. Porque esconde aquello malo cuando tratas de sopesar y encumbra los buenos recuerdos cuando no te vienen bien. Los recuerdos no son fiables. Como tampoco somos quien fuimos. Cambiamos a cada momento del día. " Sé quién era esta mañana cuando me levanté , pero creo que he debido cambiar varias veces desde entonces " decía Alicia en la historia de Lewis Carroll. Las ideas se repiten. Los pensamientos forman el ovillo. Y tu tejes el vestido de dentro a fuera.  Camina, porque los pasos que nos das, tambien dejan huella.  Escribe, porque lo que no escribes cae en olvid

Relatos de viaje, ensayos y errores

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Los viajes son pedacitos de historias, de relatos, de ensayos y también errores.  Viajar también es equivocarse. Si, es errar, es aprender y corregir. Es dar un paso adelante y retroceder dos casillas. Preguntar la dirección. No buscar la tangible. Ni lo seguro, o lo "lógico". Porque en ocasiones el camino mas rápido entre dos puntos, no tiene porque ser el bueno. El viaje es el camino, el momento, el instante, el paso. Es doblar una esquina y lo que debería haber sido, convertirse en lo que fue. Nunca en lo que pudo haber sido. Pero viajar también es preocuparse, al principio. Hora, minuto, reloj. Fuera de lo cotidiano, intentando no contar. Ese avión, ese tren, ese bus. Ese taxi? No, los taxis no son elección. Viajar es tomar un mapa y preguntar. Es conversar y compartir tu historia. Que tu dirección se convierta en la de otras personas. Que la historia se transforme en sonrisa, en palabra, en abrazo. Viajar es r ecopilar trocitos de historias compartidas. E s coger una man

Se va cerrando

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Llega el momento, es hora de completar el ciclo. El ciclo astrológico. Porque sería más acertado decir que el verdadero año empieza y termina aquí. En Valencia lo sabemos bien. O lo sabíamos. La tradición pagana y las costumbres de quemar los objetos innecesarios al final del invierno, ha sido engullida por la tradición cultural y satírica, con tintes cristianos. No obstante el reflejo palpable de arder en una pila aquello que fue útil en su momento y ya no lo es, se manifiesta junto a la fiesta valenciana. El frío, la memoria, la introspección, lo interior i/o interno que proporciona el signo de Piscis, da paso a toda la energía y fuego de Aries. Todo el proceso se cierra. Disfruten lo vivido, otra vez, aquí y ahora.

Una pieza fuera de juego

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Un día despiertas y eres una pieza de ajedrez. Juegas en un mundo cuadrado, en blanco y negro. Diseñado por alguien que se inventó las reglas. Te dictan los movimientos que puedes realizar y de la forma en que puedes moverte. Te deslizas y tratas de avanzar. Contemplas posibilidades y desconfías de los movimientos a realizar, por si sea la última vez que te puedas mover. Una sociedad inerte donde la relación entre las piezas es lo de menos, tan solo la estrategia, quien come y a quién vas a comer. Sin embargo bajo la forma y las instrucciones piensas y sientes. No anhelas, ni ansias la victoria. Una pieza que por más que intenta hacer muy bien su papel, no sabes cuál es. ¿El bien contra el mal, o la lucha entre iguales? Un día aparece una pieza de otro juego. Es de diferentes colores, camina, se salta los movimientos preseleccionados para todas las piezas. Y lo que es peor, pisa las rayas que delimitan las casillas. Se planta en medio del tablero y pregunta, cuestiona y

La vida va y viene

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No te empeñes en caminar recto, la vida es un viaje en espiral. Todo se desarrolla en ciclos. No hay principio ni final. Ten cuidado con lo que dejas atrás, te lo vas a volver a encontrar

Expectativas: realidad vs imagición

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Tendemos comúnmente a generar expectativas elevadas respecto a una relación, trabajo, organización, etc. Es una práctica habitual, podríamos definir como ilusiones, esperanza y sueños a todo aquel recorrido que la realidad ha de desplazarse para encontrarse con nuestras expectativas. Eso en un principio no es algo negativo, de hecho es bastante loable la capacidad de emocionarse por algo que aun no ha sucedido, es la antagónica lucha contra el escepticismo o incluso, y depende de personas, contra el pesimismo. Pero existe un veneno que se inocula en nuestras ilusiones. Que las expectativas se conviertan en tus mínimos y no en tus máximos. Es decir, que si no se cumplieran completamente tus expectativas, pudiera darse la posibilidad de transformarse en una desilusión. Es aconsejable no perder jamás la ilusión y evitar aquello que nos la pueda arrebatar. Ponerla a salvo de aquello que pretenda transfórmala, e incluso ponerla a salvo de nosotros mismos. Para aquellos que somo

Un mundo sin máscaras

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¿Podemos imaginar por un segundo un mundo donde todas las personas fuéramos sinceras y coherentes con nuestras acciones?¿Seriamos realmente capaces de asimilar todos los males que acechan bajo las mascaras de cada persona? Comienzo a pensar que para mí sería complicado, odio la idea de tener que vivir bajo un manto de falsedades donde todo o nada es lo que parece y ninguna de las intenciones de la gente es la que dice tener. Imagino un mundo donde los gobernantes admitieran que son sus intereses principales por encima de las personas, que son capaces de generar odios entre razas y naciones por el poder del dinero. Tiemblo al pensar que el mundo donde la convivencia y la paz, ejemplo de la máscara que nos ponemos en navidad, cae al día 2 de enero solo es la cumbre del monstruo de envidias celos y odios que se esconde debajo de nosotros. Me asusta la idea de que las relaciones emocionales sucumban a la verdad,  que realmente sea por miedo que no digas, que ya no eres tan

Soy un desastre emocional

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Existen personas detallistas que cuidan cada relación, recordar cada fecha, tener momentos para comprar algo y tiempo para invertir en la entrega del objeto. Tratan con sumo cuidado la ocasión especial como el reposar de una mariposa. Personas que felicitan cada ocasión que el calendario designa, con una precisión de colibrí recolectando néctar, en perfecto equilibro y armonía justo en el momento preciso. Los admiro, he de reconocer que yo no puedo. Yo soy un desastre emocional, mi cabeza está en mil cosas y ninguna. Los detalles solo los veo con visión caleidoscopica, en una sola dirección pero en múltiples facetas y dimensiones. No recuerdo las veces que me recuerdan las cosas que tenemos pendientes. Trato de tener detalles según pasan por mis manos. Solo felicito cuando el recuerdo de esa persona es muy fuerte e importante y no siempre coincide con nada importante. No soy de tradiciones impuestas ni de ceremonias ambiciosas. Quede esto claro, paso a explicar mi cajón des