La vida sense tu
Ha arribat l'hora del meu cant a València,
temies el moment...
Ha
pasado tanto desde la primera vez que vine a Valencia, tanto tiempo desde que
dije que sí a el trabajo que cambió mi vida. Tantas ilusiones puestas en
ese proyecto, ha pasado tanto desde que cogí el tren por primera vez...
Y es
que han sido cuatro años más que intensos, de experiencias, de vivencias, de
cambios... Tantos los sentimientos que he vivido en esta ciudad, y no cambiaría ni una sola coma, ni las buenas ni las malas, todo es como ha de ser, porque
cada paso me lleva a donde estoy, porque cada hecho es lo que el destino quiere
que sea.
No
se pueden contar la de manifestaciones que he recorrido, las vueltas que hemos
dado a las acciones que hemos ido realizando, la de consejos recibidos, las
veces que he escuchado que esa no es la forma de hacer las cosas, “metodología metodología”… Cuantas
acciones hemos realizado? cuántas veces hemos hecho el ridículo también, ridículo
para bien, no de quedar mal, para eso nos quedamos en casa. Cuantas ilusiones
descargadas, esas Huelgas Generales, toda esa gente que has ido conociendo que
se ha sumado a los piquetes. Por unas horas esta ciudad era nuestra.
Cuantas
asambleas sufridas, cuantos consejos de la juventud. La de horas que hemos pasado
en esas salas, en esos despachos, cuantas reuniones, discusiones, peleas, sofocos,
papeleos, revisiones y revisiones de estatutos, leyes de juventud, plans joves… pero también cuantas risas, cervecitas, alguna que otra pequeña alegría,
que hacen que creas que merece la pena continuar…
Pero
hay algo por encima de todo y que es lo más importante, la gente que he
conocido en estos cuatro años, gente grande muy grande y gente pequeña que algún
día será enorme, personas que no saben aun lo grande que son, muchas personas
maravillosas, también personas odiosas, y “bastardos hijos de puta que no merecen
ni vivir”, no os asustéis es una frase hecha, pero los hay. Bastantes personas increíbles,
y alguna irrepetible e inolvidable…
He
aprendido más en estos cuatro años, que en muchos del resto de lo vivido, he
reído y llorado también alegrías y penas, traslados, mudanzas, el amor y el desamor nuevamente, sorpresas
y decepciones, hacer muchas cosas por primera vez, la soledad, a como empezar una buena historia y dejarla en puntos
suspensivos…
Ahora
es momento de hacerse a un lado, nadie me va a quitar lo vivido ni lo aprendido,
pero sé que volveré algún día, porque me quedo con una espinita, no es el final
deseado, ni mucho menos, pero el camino está marcado. Así que, Valencia! no
creas que estoy huyendo si me ves retroceder, espera que estoy cogiendo
carrera.
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