(Más que) Sensaciones Japón


Tras la Brújula y con todos los recursos aprendidos, regresamos al mundo de los viajes. Dejamos a parte ese libro con vida propia, y recuperamos el espíritu que en él se describe, dejarse llevar. Volvemos a la escritura de las sensaciones que te llegan de un país. Lo hago casi por imperativo, es necesario escribir esto, aunque ya no tanto con la necesidad de querer compartirlo, en esta ocasión mas con la necesidad propia de querer albergar el recuerdo.

Ahora Japón, un viaje inesperado, que aún no había aparecido en la lista de sueños, pero bueno, no obtendrá una negativa. Japón, desde siempre, un mundo alternativo, otro planeta. Tradiciones y comidas que tantas veces ha ilustrado la televisión y en los dibujos. Esas ganas de vivir experiencias al estilo aníme (dibujos japoneses). Mitos de gueisas y samuráis, de ceremonias del té y comer sushi.

Guardo en mi interior emociones que no tenía antes de la vuelta al mundo. Sería complicado explicar, que las expectativas han ido menguando, quizá haya aprendido a que es mejor no generarlas, porque así todo será un nuevo mundo de sorpresas. Estar dispuesto a dejarse sorprender, abierto a sentir en vez de planificar y asumir que tal vez haya que dormir en el suelo. Quizá también de partir con la sensación que algo te falta, no experiencia o convencimiento, pues  esas están y además difuminan el miedo de los días previos. Pero si como esta serie de viajes y de modus operandi, forma parte de una persona que partió en un momento en concreto, y que a este yo que regresó y hoy vuelve a escribir, no sientan igual.

Hoy todo parece más cerca, como si las horas de vuelo no se contasen, de hecho así es, desconozco la cantidad concreta. Así es, para mí el mundo se hace un poco más pequeño, más cercano, incluso el país nipón, que estaría más cerca de una película de ciencia ficción que de una realidad.

Estas sensaciones que escribo se alejan un poco de lo acostumbrado, tal vez sean esa carencia de expectativas, que no de emociones. Aunque no deje te temblar de emoción. Sin embargo me veía en la necesidad de explicar que me aportaba este viaje más que el propio país, quizá así algún día me recuerde como continuaba mi historia.

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