Galway aún camina
No sé porque esta ciudad, si famosa por su nombre o por su
equipo de futbol, pero aquí se puede sentir la esencia de una vida antigua que
aun camina, lento pero firme, mas parecida a un pueblo que a una gran ciudad,
semblante que le acerca a Gandia en sus tamaño, pero no es sus intenciones de
crecer. Galway parece haberse detenido en el tiempo, y haberse conformado con
lo que es. No se ven construcciones en exceso ni un desarrollo ambicioso, y
hacen bien.
Desde luego la vida aquí es relajada, si quieres, su
principal atractivo es esa vida relajada,
todo el mundo parece conocerse, a pesar de tener una gran afluencia de
visitantes y una gran actividad nocturna. Una gran variedad de típicos bares y
restaurantes para el viajero sediento de "tradición".
Un lugar curioso a la par que encantador, se desenvuelve alrededor
del río Corrib con numerosos canales, en ellos cuando es la temporada se puede
observar los bancos de salmones remontar el rio, donde realizan su metamorfosis
al nadar contra corriente.
Algo curioso que se observa en esta ciudad, muy bien
comunicada por cierto, es en el centro donde enardecen orgullosos las banderas
de los apellidos de las familias de la ciudad supuestamente. Como en juego de
tronos, con el apellido, el escudo de la familia y los diferentes colores.
Aquí he probado el tradicional fish and chips de Irlandés,
me parecía lo más correcto, dado la afición de este pueblo a la pesca, excelente,
bañado en vinagre como no podía ser de otra forma, luego disfrutar de una buena
Guiness en los más conocidos y típicos bar de la cuidad, Séhán Ua Neáchtain y Tig
Cóilí.
Desde Dublín el billete de bus puede costar 10/12€ el trayecto. Contar
la pensión sobre unos 22€ hostel o 35€ un B&B, ciertamente más
caro de lo normal, es conveniente reservar, por el tamaño y la demanda de este
solicitado lugar. Luego una excursión imprescindible a Cliffs of Mohan, mi próximo
destino.
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