Sensaciones India
Olvida todo
lo que has imaginado siempre, o bien recuerda lo que has pensado alguna vez y multiplícalo
por diez, eso es lo que parece la India, un sin fin de sensaciones que te
rodean, que algunas veces crees que no es para tanto como habías imaginado y
otras tu boca solo puede decir “madre mía”. Un sin fin de historia reales que
hacen que te sientas un privilegiado con la vida que te ha tocado.
Empezando por
la gente que es lo principal que tiene un país, existen miles de asombrosos
ejemplos de un pueblo que lucha por sobrevivir, más allá de la mágica cultura o
los antihigiénicos vicios, la sobredimensionada población india malvive bajo un
caótico estatus normalizado, de pobreza congénita, exasperados dependientes,
poco higiénicas costumbres y sus más que conocidos y reprochables acosos a las
mujeres.
Con todo ello
se ha de seguir caminando, ellos en su histórica supervivencia y yo en mi viaje
por conocerlos. No falta entusiasmo hay que decir, no son de ese pueblo que sonríe
a todas horas, ni cuando te pide una ayuda, y son muchas las personas que lo
hacen, ni en sus rutinas, que muchas veces no sabes cuales son, pero no hemos
venido aquí a que nos hagan gracia.
Y sin embargo
no hay que perder la ilusión, aunque estas líneas puedan parecer triste, la
magia de la india está presente, en una parte de ellos, en sus construcciones,
en su comida, en sus melodías, en los infinitos rincones de una país que no ha
hecho más que comenzar.
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