Patitos de goma



Ese gracioso e inocente juguete de baño que tantas veces hemos visto en las películas americanas, y que algunos más cercanos poseen con cierto aprecio especial, u otros más aventureros han convertido en su forma de vida o algunos que con ellos se han hecho descubrimientos importantes, la de cosas que esconde esta figura amarilla infantil.

Para empezar todos somos conocedores de la “historia de los patitos de goma” del barco que zarpa casualmente desde Hong Kong hacia América cargado con contenedores de estos simpáticos juguetes acompañados también de otros animales del mismo material, como castores, tortugas y ranas. El mercante pierde en el oceano pacifico esos contendores que albergaban 29.000 ejemplares de esos patitos y demás especies. Un día, años más tarde en las costas de Escocia, amanecieron miles de estos patitos sorprendiendo a la población local con esta misteriosa aparición.

El oceanógrafo Curtis Ebbesmeyer estudió las corrientes marinas gracias a este incidente entendiendo el funcionamiento de estas, por el desplazamiento de los patitos a través de los mares. Mediante un programa, con el que según los hallazgos de los juguetes, han podido elaborar una hoja de ruta, que bien puede saber en qué localización se pierde un barco, una mercancía o incluso por desgracia también un cadáver.

También tenemos a Donovan Hohn, un periodista que fascinado por la historia de los patitos perdidos al ver el anuncio publicitario de una marca de coches, donde narra su historia, llego a ponerse en contacto con Ebbesmeyer el cual le dijo que desde casa no iba averiguar mucho, tenia que ir tras los patitos, y este decidió generar su propia aventura siguiendo el rastro de los patitos desde su partida, pasando por lugares donde se había encontrado y continuado la ruta marcada por el oceanógrafo. Donovan por el camino encontró 11 años más tarde patitos, ya descoloridos por el tiempo, pero aun en la costa, las hazañas de este periodista están plasmadas en el libro Moby Duck, escrito por el mismo.

Y hoy si ir más lejos en el puerto de Victoria Harbour, en Hong Kong, se encuentra el patito de 16 m de altura del artista holandés Hofman Florentijn. Esta obra de arte, que se llama Rubber Duck, según su autor viaja alrededor del mundo dando alegrías a la gente, y es cierto que genera mucha expectación. Ya ha visitado Sídney y Sao Paulo desde su salida de Nueva Zelanda donde fue creado. Su próximo destino es América pero se desconoce la ciudad donde desembarcará.

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